El Ayuntamiento de Castrillón estudia la posibilidad de reducir aún más la intensidad del alumbrado público con el fin de menguar la factura energética, que el año pasado ascendió a 1,2 millones de euros. Una de las opciones que se barajan es apagar una de cada dos farolas en aquellos lugares en que todavía quedan muchas encendidas, aunque aún no hay nada decidido.

Actualmente el alumbrado público se reduce a la mitad a partir de las once de la noche. La medida, que afecta exclusivamente a los núcleos urbanos, no a los rurales, entró en vigor el pasado mes de octubre, sin que hasta el momento se haya cuantificado el ahorro conseguido. En cuanto a la senda fluvial del río Raíces, que permanece a oscuras desde el año pasado, no está previsto reponer el cableado sustraído ni las luminarias que han sido objeto de actos vandálicos.

Al margen de la reducción de la intensidad del alumbrado público, el Ayuntamiento también estudia la posibilidad de adoptar otras medidas de ahorro energético, como cubrir con mantas térmicas las piletas de las piscinas municipales.