Gran parte de la fachada del edificio situado en el número 23 de la avenida de Eysines de Piedras Blancas se vino abajo anteanoche, cubriendo la acerca y la carretera de cascotes. La Policía Local alertó a los bomberos, que decidieron derribar otra buena parte de la fachada que, debido a una grieta, ya estaba inclinada, amenazando con desprenderse.

La cubierta se había derrumbado el pasado 31 de octubre. Entonces la única medida de protección que se adoptó para proteger a los peatones de posibles nuevos desprendimientos fue instalar una cinta de plástico que indicaba la prohibición de transitar por la acera, y que fue retirada poco después. Ayer, tras el derrumbe, se instaló un cierre a base de valla metálica.

El edificio, de un llamativo color azul, está incluido en el catálogo urbanístico como bien a proteger. Es propiedad de una constructora que ya había cursado la solicitud de demolición, sin que hasta la fecha se haya resuelto.

Años atrás también se derrumbó el inmueble colindante, cuya parcela sigue desierta.