Argayo en la calle Francisco Pizarro de Raíces Nuevo
La madrugada del martes al miércoles se produjo un argayo en la calle Francisco Pizarro de Raíces Nuevo que afectó a dos coches aparcados en la zona, aunque no causó daños personales. Los residentes en la zona y la asociación de vecinos de la localidad «El Peñón» llevan ya años reclamando al Ayuntamiento de Castrillón la limpieza y mantenimiento del monte.
El desprendimiento de tierra se localizó en la ladera de un monte de propiedad privada cercado con una red metálica. El material invadió una zona de aparcamientos y un tramo de acera en la calle. Las obras de urbanización de Francisco Pizarro concluyeron hace poco más de un año y el Ayuntamiento financió los trabajos que costaron casi 300.000 euros.
El alcalde en funciones y concejal de Obras, José Luis Garrido, señaló ayer que se trata «del peor argayo que este invierno se ha dado en el concejo». El edil confirmó que ya se había puesto en contacto con la empresa propietaria del terreno para que no sólo retire la tierra deposita en la acera y la calzada sino que también realice los trabajos necesarios que eviten que vuelva a producirse otro desprendimiento. «Además de estabilizar la ladera hay que retirar algunos ejemplares de eucaliptos que pueden caer en cualquier momento a la calle y provocar algún accidente», señaló Garrido. El departamento de Obras sostiene que el argayo «es grave» por la cantidad de tierra desprendida y por los árboles tumbados.
La asociación de vecinos de Raíces Nuevo, en un escrito dirigido el pasado 21 de enero al concejal de Medio Ambiente, Alfredo Montes, reclamó el corte de varios árboles. Los vecinos llevan años pidiendo las tala de árboles peligrosos en los montes que lindan con las calles Antonio Machado, Jacinto Benavente y Francisco Pizarro, entre otras zonas. Asimismo, la entidad vecinal ha pedido la retirada de árboles secos en esas calles y en la de Gran Capitán. Los vecinos han denunciado que los montes en mal estado de conservación están cerca del colegio público y de los accesos al apeadero de Renfe, unas zonas de paso constante de personas.
Un argayo de características similares aunque de menor envergadura se produjo hace unos días en la carretera de Salinas a Coto Carcedo. El desprendimiento de tierra se produjo también en una finca privada y el material invadió parte de la carretera lo que obligó a cortar la mitad de la calzada. El concejal de Obras señaló que los propietarios del terreno deberán ahora tomar las medidas necesarias para evitar los argayos ya que la carretera entre El Agüil y Coto Carcedo tiene un intenso tráfico rodado.
Deja una respuesta