La Nueva España

La fuerte demanda para visitar el museo de la mina de Arnao ha aconsejado a la empresa que lo gestiona mantener hasta el próximo día 29, inclusive, el horario de verano. El museo se abre de martes a domingo, sólo cierra los lunes y podrá visitarse lo que resta del mes de septiembre en horario continuado de diez de la mañana a ocho de la tarde. El 1 de octubre entrará en vigor el horario de otoño-invierno, que será de once a dos por las mañanas y de cuatro a seis por las tardes; está previsto que se mantenga hasta el 30 de diciembre.

«Decidimos mantener el horario continuado porque seguimos teniendo mucha afluencia de visitantes. Asimismo, al empezar el curso escolar ya estamos empezando a recibir peticiones de colegios para que los escolares visiten la mina», señaló una portavoz de la empresa Proasur que gestiona el museo. Más de 4.000 personas han visitado la mina de Arnao desde el pasado 30 de julio.

La oferta incluye, además de las visitas al museo, la realización de talleres o las visitas guiadas para grupos por el poblado de Arnao. En ambos casos hay que solicitarlo con antelación.

La visita turística al museo de la mina de Arnao dura aproximadamente una hora y comienza en el centro de interpretación que ocupa el antiguo casino de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) construido entre finales del siglo XIX y principios del XX como lugar de ocio para los obreros de la empresa. El espacio incluye paneles explicativos de la historia minera del concejo, fotografías y piezas encontradas en la zona, algunas donadas por la Universidad de Oviedo como los restos del Devónico cuyo principal arrecife en el concejo se encuentra a los pies de las instalaciones mineras. El nexo entre el centro de interpretación y el castillete es la antigua sala de máquinas en la que aún se conserva el hueco en el que se ubicaba la máquina de vapor que tiraba de las jaulas que bajaban a las galerías y que los visitantes pueden apreciar. El itinerario continúa hasta el castillete donde los turistas bajan unos 20 metros, por la caña del pozo en un ascensor acristalado hasta la galería de unos 100 metros de longitud.