Noticia de La Voz de Avilés

«Los hemos conseguido, nuestros objetivos se han cumplido», exclamaron ayer los portavoces de los cuatro trabajadores intoxicados por mercurio en AZSA tras dar por finalizada la huelga de hambre iniciada el pasado día 8.

La caseta de obra en la que han pasado los últimos días se convirtió ayer en una auténtica lata de sardinas en la que una quincena de personas se agolpaba para conocer los detalles del fin de su protesta. Al fondo del habitáculo, en unas sillas de playa, los cuatro trabajadores agradecían el apoyo recibido en los últimos días por colectivos y organizaciones de todo tipo y expresaban su confianza en que las negociaciones en marcha con Asturiana de Zinc, aunque encauzadas, acaben de forma satisfactoria. De lo contrario, «volveremos a la huelga de hambre, con más compañeros».

Pero, aunque conscientes de que aún les queda un largo recorrido por delante para ver cumplidas sus demandas, los cuatro huelguistas expresaban cierto alivio por el fin de una dura protesta que les ha tenido sin probar bocado durante casi dos semanas. «Estamos contentos de poder volver a casa con nuestras mujeres y nuestras familias, a recuperar una vida ordenada y que se nos atienda adecuadamente por médicos expertos. Que nosotros vinimos a trabajar, no a que nos pase esto», afirmaba Roberto González.

Su rostro, como el de sus compañeros, evidencia el cansancio por los trece días de huelga. Los cuatro han perdido entre nueve y diez kilos de peso y se encuentran «muy debilitados». «Estamos muy cansados. A mí me cuesta ver bien, enfocar la mirada… son muchos días sin comer y aunque tomes mucho líquido o las vitaminas que nos han dicho que tomemos, no evita que estemos así», apuntaba Víctor Gabriel Calota.

Lo cierto es que, a la ausencia de comida, los cuatro han añadido una actividad de lo más intensa durante los últimos días. En todo momento recibieron las visitas de decenas de personas que se acercaron a su campamento para expresarles su apoyo y para participar con ellos en las distintas acciones de protesta que se han desarrollado en ese periodo. Todo ello hizo que la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina, a la que los cuatro habían invitado ayer al acto de cierre de la huelga, les considere «un ejemplo de reivindicación de lo más respetable y admirable».

Rodrigo Natal, el más joven de los cuatro huelguistas, reconocía ayer que «no olvidaré en toda mi vida esta protesta, por lo dura que ha sido, y por la experiencia que ha supuesto para mí». «En mi vida me pude imaginar lo difícil que era esto», sentenció antes de pensar ya en el momento en que podrá echarse a la boca unas lonchas de jamón o un buen chuletón. «Por ahora tenemos que seguir una dieta de purés y sopas durante dos o tres días, para después ir comiendo algo de pasta, de hidratos de carbono, hasta que ya podamos comer con normalidad», explicaba Natal. «¡Pues échale jamón al puré!», le proponía un compañero de la asociación de víctimas de la intoxicación por mercurio en AZSA presente en la caseta.

Los cuatro concluían así una protesta que habían empezado junto a Alfredo Rodríguez, el quinto huelguista que la pasada semana tuvo que ser hospitalizado al haberle observado posibles daños renales que desaconsejaron por completo que siguiera adelante con la huelga de hambre. El pasado jueves, tras recibir el alta, el propio Alfredo Rodríguez fue a visitar a sus compañeros, pero su estado de salud era visiblemente peor que el de sus compañeros. «Le costaba hablar y hoy mismo -por ayer- tuvieron que llevarle al HUCA de nuevo», apuntaba uno de sus compañeros.

Cambios

No obstante, todos coincidieron ayer, como vinieron haciéndolo a lo largo de la protesta, en que ellos cinco son solo una representación de un colectivo de decenas de trabajadores que se vieron afectados por la intoxicación con mercurio detectada a finales del pasado año en las instalaciones de Asturiana de Zinc. Ahora, después de la huelga, todos ven un cambio de actitud en todos los agentes que han tenido que ver en la gestión del accidente. «A un compañero han empezado ahora a darle quelantes -antídotos contra el mercurio-, después de casi un año, y le han puesto de forma clara en el informe médico que se debe a una intoxicación por mercurio, no una ‘posible intoxicación’ como venían haciendo hasta ahora», contaban los huelguistas.

Ese cambio ya era visto ayer por ellos como una pequeña victoria, como la que anunciaban desde hace días las decenas de dibujos y consignas que han decorado desde el inicio de la protesta las paredes de su tienda de campaña y, luego, de la caseta de obra que les facilitó el Ayuntamiento de Castrillón.

Ahora, todos se disponen a seguir adelante con sus reivindicaciones hasta que sientan que han logrado una victoria completa. El primer paso será una nueva concentración de apoyo a los accidentados, convocada para las siete de esta tarde en la plaza de España. Allí estarán los cinco, si su salud no lo impide.